Buscando en las chacharas de mi papá, me topé con algo que me enloqueció, un pequeño cuaderno al borde de la destrucción, con las hojas opacas por el paso del tiempo, con un olor irremediable que delata su vejez y escrito con una letra que revela la delicadeza y calma con la que se hacían las cosas en el pasado.
Es un recetario de principios del siglo pasado, escrito por mi bisabuela yucateca y dedicado a sus hijas en 1924. La caligrafía es bonita y elaborada y denota la gran cantidad de tiempo libre que tenían las señoras de aquella época, también lo poco que estudiaban, porque nada más hay que ver la ortografía para darse cuenta que la escuela no era lo suyo, harina sin H, yemas con ll y otro tipo de errores, pero eso si, todas las mayúsculas estan llenas de garigoles y la letra en si misma es una belleza.
Entrando al tema de las comida , cuando leo el recetario y me adentro en sus páginas, me doy cuenta de como ha cambiado la forma de comer. Los ingredientes, la cantidad de los mismos y lo poco preocupados que estaban por las calorías, grasas y el efecto de estas en el cuerpo, por ejemplo: hay preparaciones que llevan 16 yemas de huevo, mantequilla descontroladamente, kilos y kilos de azùcar, en pocas palabras, recetas increíblemente decadentes y deliciosas.
Otro punto que me llama la atención es la dedicatoria, dicho recetario fue hecho exclusivamente para que las recetas y los ricos secretos de la familia, no se perdieran con el paso del tiempo, transmitiéndolos como si de un tesoro se tratara, eso habla de la importancia y el valor de la comida en la vida de la gente (Así lo veo yo, espero no estar entusiasmándome demasiado :)
Para conocer un poco de esta reliquia y transportarnos por un rato a las mesas de 1920, les dejo una muy breve receta de mi bisabuela, escrita tal cual, espero que la disfruten tanto como yo.
Torta de Cielo
A dos libras de almendras, 2 de azucar, 16 huevos , zumo de limon, almendras molidas, huevos batidos. Todo revuelto y horneado.
Yo creo que quiso decir, que todo se mezcla hasta hacer una masa como de panqué y se mete al horno hasta que este dorado. Sobre las cantidades que faltan posiblemente sean las necesarias para crear la consistencia de la clásica masa de panqué básico.
Mi intención es transcribir todo el recetario y compartirlo, ya que a través de antigüedades como esta, nos acercamos a nuestro pasado, conocemos nuestras raíces y repasamos lo que somos. Aparte de que puede convertirse en un objeto interesante de estudio sobre la cocina y la mujer de principios del siglo XX.
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