A este año nuevo le tocó Cancún y por ende la belleza de sus playas, la suavidad de su arena y los múltiples azules de su mar. Ese es un escenario perfecto que invita al descanso total, al disfrute, a la diversión... y así fue.
Gracias a mis papás, que generosamente patrocinaron las vacaciones, tuve la posibilidad de pasarla realmente bien, entre sol, arena y mar (un poco de nubes plateadas los primeros días) y por supuesto deliciosos platos de cebiche y piñas coladas.
Exactamente sobre eso vamos a empezar a platicar. Dentro de la lindura de tan paradisiaco lugar, la oferta gastronómico más básica, esta hecha para los turistas extranjeros, springbreakers y me imagino familias del país vecino del norte, lo digo porque en las plazas comerciales sólo encuentras hamburguesas gigantes, porciones desproporcionados de postres y kilos de papas fritas. Ese menú se antoja por un rato, pero cuando en plena península de Yucatán no puedes encontrar una cochinita pibil decente, de no ser en tu hotel, no te da tanta alegría.
Por lo mismo y para variar al menú, decidimos buscar un buen restaurante de comida yucateca. Consultamos con los meseros, personal del hotel y demás, ellos nos recomendaron un restaurante de nombre Labná.
Este sitio, ubicado en el no precisamente bonito centro de Cancún, muy cerca del parque de Las Palmas, ofrece un Bufette libre de comida yucateca, por sólo 150 pesos. Decorado como si estuviera en Mérida y hasta con pista para echarse una jarana, este lugar me devolvió la sonrisa cuando había sido robada por un tal Johnny Rockets. (me gusta la verdad pero no para todas las vacaciones)
El banquete consiste en una perfumada sopa de Lima, empanadas de cazón (buenísimas), varios guisos típicos como cochinita pibil, pavo en escabeche, relleno negro, lomitos de Valladolid, pollo sak´ ol, arroz y frijoles para acompañar; todo es muy rico y preparado tradicionalmente, en especial el pavo es una belleza. También incluye panuchos, salbutes y papadzules, que se piden directamente con el mesero, y por último, para el dulce antojo que llega al final de la comida, probar el manjar blanco, los caballeros pobres y el dulce de papaya con queso, se convierte en el perfecto desenlace.
Existe la posibilidad de ordenar otras especialidades a la carta ( me quede con las ganas del queso relleno) y bebidas típicas como el Xtabentun que es un licor típico de Yucatán y agua de horchata.
Esas delicias bien hechas y a ese precio, valen la pena completamente. Si van, lo más seguro es que salgan un poco empachados, pero no hay problema, regresan a la playa, acuéstense en un camastro y a reposar la comida ( mejor den una ligera caminata).
Un manjar, no por menos la comida yucateca es una de las joyas de la gastronomía mexicana, y ya paro aquí, que de no hacerlo, tendré que visitar los tacos de cochinita más cercanos que encuentre.
Este restaurante es, sin duda, una buena opción, un pequeño lugar en medio de la ciudad de Cancún que te transporta a Mérida y en mi caso a los sabores de mi familia paterna.
Este restaurante es, sin duda, una buena opción, un pequeño lugar en medio de la ciudad de Cancún que te transporta a Mérida y en mi caso a los sabores de mi familia paterna.
Les dejo las fotos y una breve descripción de los platillos.
Calificación: 8.5 (el relleno negro no era una maravilla).
Empanadas de cazón |
cochinita pibil.
(guiso de cerdo, cocinado en pasta de achiote y naranja agria)
Pollo Sa´ak ool (pollo dorado con achiote y salsa de masa de maíz) |
Panuchos, salbutes y papadzul
(tortilla rellena de frijol, coronada de cochinita, disco de masa con pavo y tortilla rellana de huevo cocido con salsa de pepita de calabaza)
Caballeros pobres
(rebanadas de pan enmieladas, capeadas y fritas)
Dulce de papaya
(papaya cocinada con azúcar y canela)
Manjar blanco
Crema cocida hecha con leche, azúcar, huevos y coco)
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