The tasty post: Cool cupcakes

Si se adentran en el contenido de este blog se darán cuenta de que a su creadora (yo) le gustan los cupcakes. Esos pastelitos del tamaño de una taza, cubiertos con algo cremoso, dulce y muy tentador , se han robado mi corazón por varias razones, y no soy la única que ha caído rendida bajo su encanto. Estos pastelitos personalizados están cada vez más presentes y por razones ligadas a su sabor e imagen, actualmente son bastante socorridos.

El origen de su nombre tiene diversas teorías, se piensa que se les llamo así porque la masa se horneaba utilizando una taza como molde (cupcake: taza-pastel), así mismo, se cree que cuando se empezaron a preparar, alrededor de 1930, las mujeres comenzaron a medir los ingredientes de los pasteles en tazas, en vez de utilizar una báscula para pesar las cantidades.

Yo me acuerdo que mi primer acercamiento con estos pasteles individuales fue en las fiestas de cumpleaños de los niños, recuerdo que las mamás, con el fin de evitar la engorrosa tarea de partir un enorme pastel, rodeado de pequeños monstruos, deseosos de una gran rebanada, compraban un gran bloque de cupcakes decorados. Hoy, cada vez hay más pastelerías en las que podemos encontralos, la oferta va desde los más tradicionales, como el de chocolate y vainilla, hasta versiones más sofisticadas. También hay establecimientos dedicados únicamente a la fabricación y venta de esos pedacitos de cielo.

No sólo comerlos es rico y divertido; hacerlos, se puede convertir en toda una experiencia creativa, ya que por su tamaño, cada panqué es un espacio en el que se puede crear un mundo distinto, por supuesto, ayudados por la variedad de betunes, cremas, pastas y masas de azúcar que podemos emplear en dicha tarea decorativa. A diferencia de la decoración de un pastel más grande, un cupcake nos permite preparar algo muy lindo y detallado en no tanto tiempo.

Y hablando de decoración, los dejo con un albúm de los cupcakes más padres que he encontrado en internet. Se van a sorprender.