La vida nos ofrece un sin fin de placeres sencillos: una puesta de sol, un vaso con agua helada, una ola de viento frío en verano, el olor a asfalto mojado por la lluvia, un buen beso. y por supuesto, el mejor y más sencillo de los placeres, ese placer que deriva de una necesidad primaria; comer.
Comer es una experiencia casi siempre placentera, y es sencilla de disfrutar porque no se necesita mucho, un litro de jugo de mandarina de temporada, es una joya revitalizante que alegra a cualquiera; un buen pedazo de chocolate, una taza de té caliente, una tortilla recién salida del comal, en fin, la lista de placeres culinarios sencillos es inagotable.
Y para aumentar un elemento a esa deliciosa lista, les tengo un postre de chocolate más que sencillo, libre de sofisticaciones, barato y muy rico, Sólo necesitas pan de caja blanco, cocoa, leche, azúcar y huevo, productos salidos de la alacena, que se transforman en un chocolatoso y tentador platillo.
Con más precisión esto es lo que necesitas para hacer el postre:
Medio paquete de pan blanco (integral si quieren ser muy sanos)
3 tazas de leche
Media taza de azúcar o sustituto de azúcar
1 cucharada de vainilla
2 huevos batidos
1/4 de taza de cocoa (de la buena)
En un molde para pay coloca las rebanadas de pan sin corteza y cortadas a la mitad, revisa que no quedan espacios y que las capas estén perfectamente puestas. Por otra lado calienta la leche, agrega la cocoa ye la azúcar, cuando este disuelto sácalo del fuego. Une los huevos, la vainilla y la mezcla de leche. por último baña el pan con este líquido, tapa y mételo al refri por 1 hora. Después de ese tiempo mete el molde al horno por 35 minutos y listo.
Es delicioso, fácil y no tan mala onda con la figura.
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